25 ago 2008

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Que extraño es no ver en el mundo más que un solo ser, tener un solo deseo en el corazón y un solo nombre en los labios. Un nombre que se repite una y otra vez. Vivir de su ternura, de sus caricias, de sus palabras, en sus brazos, totalmente atado, aprisionado y absorbido por todo lo que procede de ella, de una manera tal que no me importa si es de día o de noche.